El despido laboral es una de las situaciones más comunes que enfrentan tanto empleadores como trabajadores en el ámbito laboral. Sin embargo, no todos los despidos son iguales, ya que existen distintas clasificaciones dependiendo de las circunstancias en las que se realicen. En el ámbito legal, estos despidos se pueden dividir en dos categorías principales: los despidos directos justificados e injustificados.
El despido directo justificado se produce cuando el empleador cuenta con razones claras y legítimas para terminar el contrato de trabajo. Estas razones pueden incluir incumplimiento grave por parte del trabajador, faltas repetidas, indisciplina, o incluso conductas que afecten el desempeño laboral o la convivencia en el lugar de trabajo. En este tipo de despido, el empleador debe tener evidencia sólida y cumplir con el debido proceso antes de ejecutar la terminación del contrato. De no ser así, el despido podría considerarse ilegal, lo que genera consecuencias legales para la empresa.
Por otro lado, el despido directo injustificado sucede cuando el empleador decide finalizar el vínculo laboral sin contar con razones válidas ni fundamentos sólidos. En este escenario, el trabajador tiene la posibilidad de impugnar la decisión y, en muchos casos, esto deriva en conflictos legales, indemnizaciones o reintegro.
Este video es desarrollado el Magíster Josué Cum, quien nos explicará con detalle el concepto y la estructura del despido directo justificado e injustificado, proporcionando ejemplos prácticos que ayudarán a diferenciar ambos casos de manera efectiva. Además, se realiza un análisis desde la perspectiva del abogado del patrono y del abogado del trabajador, con el objetivo de brindar una comprensión más amplia y objetiva del tema.